Home 351. Anderson Natalie Pierwszy pocałunek M315. (Duo) Anderson Caroline Romantyczny sąsiad Dyscyplina Marina Anderson Anderson Poul Time Patrol StraĹźnicy czasu Anonimo Il Novellino Goodnight Linda Nie bój sić™ miśÂ‚ośÂ›ci Jerry Pournelle Falkenberg's Legion 2 Falkenberg's Legio Brust_Steven_ _Taltos H Beam Piper Fuzzy 02 Fuzzy Sapiens v2.0 (lit) Bordowicz Maciej Zenon Ewa wzywa 07... 073 Handlarze jabśÂ‚ek |
[ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ] muchos más. Sin embargo, se habían, traído a sus mujeres pues, se veían algunas usando espesos suéteres de lana y faldas en nada parecidas a las usadas por las del pueblo Tenil Orugaray. Los niños pequeños correteaban alrededor de ellas, mientras que algunos mayores cuidaban rebaños de ganado: vacas, ovejas, caballos, una gran cantidad de ganado que pastaba en muchos kilómetros a la redonda. Se estaban preparando rústicos corrales. El enemigo había vuelto para quedarse. ¿Por qué, Storm, por qué? Hu, los llevó hasta la Casa Grande. Las chozas que se agrupaban alrededor cortaban la vista del campamento. El espacio abierto al frente de la edificación estaba desierto. No se veía moverse a ninguna persona en lo que antes había sido él bullicioso, parlanchín y alegre centro de la comunidad. La misma casa estaba cambiada. Sobre la puerta acostumbran a colgar guirnaldas, de hojas de roble en verano y de acebo en invierno. Ahora brillaba un emblema dorado y plateado, el Labris atravesando el Disco del Sol. Dos guardianes hacían orgullosamente guardia, con armaduras de cuero, emplumados y pintarrajeados, con lanza, daga y arcas, y con el hacha en la mano. Dieron el saludo de los Guardianes a los recién llegados. -¿Está Ella dentro? -preguntó Hu. -Sí, mi amo -contestó el mayor de los Yuthoaz, un pelirrojo macizo con barba partida. En su escudo estaba pintado un lobo. Asombrado, Lockridge reconoció a Withucar. Su brazo partido se había soldado. -Ella está haciendo sus actos mágicos tras la oscuridad -dijo el guerrero. -Guarden a este hombre aquí fuera hasta que Ella lo llame -ordenó el Guardián. Entró en el interior. La cortina de piel aleteó tras él. Auri cubrió su rostro y comenzó a sollozar. Lockridge acarició sus mechones dorados. -No tienes que quedarte aquí -murmuró él-. Ve a ver si encuentras a alguien de tu familia. -Si es que aún viven. -Deben estar vivos. No hubo más lucha. Storm trajo a los forasteros para cumplir alguna misión que ella misma les debe haber dado. Ve ahora a casa. Auri comenzó a alejarse. Un soldado extendió la mano, tratando de retenerla. Lockridge se la golpeó, haciéndole desistir. -No tienes órdenes de retenerla -gritó. El soldado volvió a su posición con miedo en el semblante. Auri se desvaneció entre las cabañas. Withucar había seguido los acontecimientos con más buen humor que su asombrado compañero. Su cara se distendió en una sonrisa. -Pero, si es el que logró escapársenos -se asombró-. Bien, bien. Dejó su lanza apoyada y se acercó a Lockridge para poderle dar palmadas en la espalda. -Eso fue la hazaña de un gran guerrero -comentó con una amistad sincera-. Ja, como nos vapuleaste. ¡Y total, por causa de una niña! ¿Qué tal te han ido las cosas desde entonces? Ahora somos amigos, ¿sabes?, y he visto a los dioses tan cerca estos días que me asombro de pensar que no usaste brujerías, tan sólo trucos que me gustaría mucho aprender. ¡Bienvenido seas! Lockridge reflexionó por un momento: aquí tenía la oportunidad de conseguir un relato honesto de la situación. -He ido lejos, en una misión para Ella -dijo lentamente-, y no sé lo que ha pasado en estas tierras, y la sorpresa de encontrar de vuelta a tu clan. Y, además -clavó una espina deliberadamente -no esperaba hallarte haciendo de guardián como cualquier muchacho normal. Withucar se resignó y contestó con rapidez y gravedad: -¿Quién, más que los nacidos más altos, pueden guardarla? -Esto... bien. Pero no obstante, ¿desde cuándo lo hacen los hombres de tu tribu? -Desde mediados de este verano, o poco después. Verás, éramos un pueblo asustado, después de la derrota del mismo Señor del Fuego y de que fuéramos dispersados por extranjeros cuyas armas eran de verdadero metal. Nos sentíamos afortunados por haber escapado, e hicimos grandes sacrificios a los dioses de estas tierras. Pero llegó un emisario de Ella y habló a nuestro consejo. Dijo que Ella no estaba molesta con nosotros, pues éramos una gente sencilla a la que había engañado el gigante. Tanto era así, que estaba dispuesta a utilizarnos como guerreros, pues los de Ella debían volver allí de donde habían venido. Naturalmente, pensó Lockridge, recordando. Los Ingleses debían ser enviados a su tiempo, estaban demasiado poco adaptados para ser una ayuda eficaz en este tiempo, sin tener en cuenta además, que eran visiblemente extraños. Storm había dejado caer alguna frase sobre una idea que tenía para defender este cuartel general del nuevo campo de operaciones que constituía esta era. -Bueno -continuó Withucar-, no estamos seguros. Los jóvenes aventureros podrían entrar a formar parte de su guardia durante algunos años, pero ¿y los hombres ya con familia? Además, ¡tan lejos de nuestros hermanos de raza! ¡Y de nuestros dioses! Entonces el emisario explicó que Ella deseaba que un pueblo guerrero fuese allí y se [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ] |
||||
Wszelkie Prawa Zastrzeżone! Jeśli jest noc, musi być dzień, jeśli łza- uśmiech Design by SZABLONY.maniak.pl. | |||||